La Biblia No dice que Dios nos garantice que vamos a recibir lo que queramos, es decir, un esposo o esposa, un empleo, un bien material. (auto, casa, vacaciones, etc.)
Como siempre, viendo el contexto del Salmo 37, este nos dice primeramente que no tengamos envidia de los malvados y que nuestro enfoque no debe estar en lo que ellos poseen, menos pensar que ellos (los malvados) “se están saliendo con la suya” verso 12; segundo Dios nos manda a confiar en El y a deleitarnos en El, versículo 13 que dice “pon tu delicia en el Señor, y El te dará las peticiones de tu corazón”, volvemos a decir que el versículo dice que debemos poner nuestra delicia en El y como consecuencia el nos dará las peticiones de nuestro corazón.
Desarrollemos un poco mas el párrafo anterior. Tenemos que nuestro corazón es malo, y por lógica Dios no nos dará respuesta a peticiones de un corazón con tendencia al mal y que nuestra petición, debe por lo tanto, como nos dice Juan en su primera carta que estas deben estar en conformidad con la voluntad de Dios y no con un corazón egoísta.
Los que se deleitan en Dios, es la clave del versículo para ver que la Biblia NO dice que Dios nos garantice el darnos todas las peticiones de nuestro corazón, nunca desearan ni pedirán nada excepto lo que agrade a Su Señor, osea que a medida que aprendemos a deleitarnos en el Señor, nuestros deseos se convierten en los deseos de Dios y es allá cuando nos concederá las peticiones de nuestro corazón, antes nunca nos garantiza, y No dice la Biblia que lo hará.
Tomado de ¡Amén-Amén!
