22 de diciembre de 2009

La Iglesia - Hermandad y Amonestación mutua

Si la iglesia a la cual pertenecemos es una hermandad verdadera, no nos extrañamos cuando un hermano nos da un consejo o nos amonesta. Pablo escribió así a los romanos: "Estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de
Los hermanos verdaderos agradecen la ayuda espiritual que reciben.
que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amo­nestaros los unos a los otros” (Romanos 15.14). Nos debe dar un sentido de seguridad cuandohermanos, conmovidos por el amor, se sienten completamente libres para amonestarnos. No nos debe ser una molestia cuando se interesan en cómo hablamos, cómo nos conducimos, cómo nos sentimos, cómo gastamos el dinero, cómo nos vestimos, y cómo nos divertimos.

Los hermanos verdaderos agradecen la ayuda espiritual que reciben. Siempre están dispuestos a demostrar su interés en el bienestar espiritual de otros, actuando según la regla de Cristo en Mateo 18.15–19. En la her­mandad cristiana, tanto los líderes como los demás hermanos se sujetan al consejo de otros hermanos fieles.

Tomado de "La fe por la cual vale morir" - Dallas Witmer.

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